Descripción de los arquitectos. Brasov es una de las ciudades de Transilvania construida por los alemanes durante la Edad Media. Gran parte de las murallas y las fortificaciones han sido derribadas para dejar sitio a la expansión de los finales del siglo XIX y al desarrollo explosivo del siglo XX.
En la última década la diputación de Brasov ha iniciado un programa de recuperación, restauración y reconversión gradual de las murallas, torres y fragmentos de fortificaciones que aún quedan en la ciudad.
La Torre, reconvertida por Point 4 arquitectos, es parte del sistema principal de fortificaciones. La construcción había sido abandonada por un largo periodo de tiempo y los andamiajes interiores de madera que aguantaban los caminos de guardia, las escaleras, y las plataformas (que conformaban el sistema interior de defensa) han desaparecido por completo. El único elemento aun en pie era la Torre circular de piedra.
Durante las excavaciones realizadas en la planta baja se encontraron cimientos y trozos de murallas más antiguas que la propia Torre.
El tema del proyecto pedía la creación de un centro de información sobre las fortificaciones de Brasov, en un sistema interactivo que permita el uso fácil, con carácter educativo.
La Torre nunca tuvo una cubierta pero en el tema inicial se proponía construir una vidriera que permita proteger a los usuarios tanto de la lluvia como del frio y la nieve de los duros inviernos de la zona. Los estudios previos demostraron que una intervención de este tipo suponía la construcción de una gran estructura de acero y que esto implicaba un refuerzo estructural con hormigón armado para una gran parte de la Torre.
Para mantener la substancia original del monumento se descarto una semejante intervención. Además los cimientos de las murallas antiguas se deberían integrar en el nuevo proyecto con la intención clara de dejarlos descubiertos y visitables. Esta actitud implico la reducción de la superficie construida en planta baja y planta sotano para dejar libres las huellas antiguas.
Por todas estas razones los arquitectos decidieron construir una torre completamente exenta de la antigua donde ubicar todo el programa requerido por la Diputación. La nueva Torre no debería tocar ni de punto de vista estructural ni de punto de vista de la imagen la Torre antigua.
La estructura antigua se restauro por completo. Siguiendo las huellas de la antiguas vigas de madera se reconstruyeron dos de los tres caminos de guardia pero en un sistema contemporáneo manteniendo sin embargo el recorrido y la posición de las piezas originales. Sobre la estructura de acero se colocaron grandes planchas de madera y la barandilla se cerró con “deploye” para obtener un máximo de transparencia de la nueva intervención.
Los arquitectos intentaron en todo momento de rellenar lo mínimo posible el espacio interior de la Torre antigua para no transformar las murallas originales en una especie de piel histórica para una arquitectura completamente nueva. En cambio crearon una nueva capa, ambigua, que se puede entender tanto como interior de la Orre antigua como exterior de la nueva construcción
En puntos muy precisos la tensión entre las dos cosntrucciones se vuelve dramática y en otros puntos en cambio, grandes aberturas establecen a través de transparencias encadenadas relaciones complejas exterior – interior – exterior. La forma de la nueva propuesta y la dimensión de las aperturas son directamente condicionadas por la posición de las bocas de fuego (cañones y fusiles) del edificio histórico. El interior de la nueva torre es autónomo pero no totalmente independiente del monumento histórico; la nueva arquitectura tiene sentido solo a través de la presencia de la muralla que la rodea, dejando a los visitantes explorar la Torre antigua y encontrarse con breves recortes de la ciudad de Brasov.
Los arquitectos intentaron crear un edificio completamente reversible. Excepto los cimientos puntuales de hormigón toda la estructura metálica se puede desmontar y reutilizar dejando abiertas futuras actuaciones sobre la Torre antigua. Los paneles de 75 × 300 cm de acero Cor-Ten no solo cierran pero también arriostran la estructura metálica.
En una manera más sutil el proyecto también intenta recuperar la identidad del lugar. Tenemos la tentación de proyectar una imagen idealizada de la herencia histórica. Las ciudades medievales se transforman en lugares idílicos, en espacios para el ocio y el turismo de consumo – parques temáticos con fundamento histórico. Las dramas, los cambios y las contradicciones de las sociedades que las crearon y cambiaron durante siglos quedan relegados a un tercer plano. Como reacción a esta tendencia el proyecto intenta poner de manifiesto que la Torre antigua se planteo, diseño y construyó para la guerra. Por esto la nueva arquitectura, sin llegar a ser opresiva intenta recuperar algo de la fuerza original del lugar.