En Argentina, la municipalidad de La Matanza desarrolló a través de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires el concurso de ideas denominado “Diseño del Polo Tecnológico, La Matanza”, cuyo objetivo es incentivar la investigación, el desarrollo y la capacitación dentro del quehacer científico tecnológico, orientado en especial al equipamiento hospitalario.
En ese sentido, uno de los objetivos principales del Polo es la creación de una incubadora de empresas de base tecnológica y para su diseño se debió considerar, entre otros factores, sustentabilidad, consumo energético y bioclimáticos.
Conoce la propuesta ganadora de la mención honrosa en el concurso argentino.
Según los arquitectos: implantado frente al Hospital Dr. Balestrini en Ciudad Evita (Argentina), el Nuevo Polo Tecnológico de La Matanza propone un frente urbano sobre camino de cintura para fortalecer un nodo en el sector.
Una sucesión de patios son la transición entre el programa de investigación/capacitación y el parque lineal propuestos, bajo una gran cubierta abovedada. El programa de incubación y desarrollo de empresas se aísla en módulos ubicados sobre el borde del barrio contiguo. Ambos contienen una calle interna – hall principal del edificio. Este distribuidor lineal de doble altura conecta longitudinalmente patios, áreas del programa generales y sectores específicos.
La plaza de acceso es un sitio de encuentro entre usuarios del nuevo edificio y del Hospital existente. Son éstos, espacios de carácter barrial-urbano.
Los patios internos son lugares de esparcimiento de los usuarios del polo, concebidos bajo paradigmas sustentables y con la memoria del sitio: el canal pluvial abierto a través de un espejo de agua, almacena la recolección de agua de lluvia para futuros usos.
La conciencia de la forma y ética proyectual
Morfológicamente, responde como hito urbano destinado a quedar en la memoria colectiva de la sociedad. La propuesta pretende la economía de los recursos empleados de manera consciente y sustentable.
La gran cubierta que se posa sobre Camino de Cintura contiene el programa principal y es materializada por una superficie laminar de cerámica armada que actúa por forma y descarga sobre una estructura de hormigón. Es así que, con una sucesión de bóvedas puede cubrirse luces mayores a las medias.
El ladrillo es el material principal por su bajo peso, buen comportamiento aislante -térmico y acústico-, bajo costo, alta disponibilidad en el medio, facilidad de transporte y manipulación e independencia respecto de tecnologías complicadas y de mano de obra especializada.
La forma de la cubierta principal genera que el agua de lluvia se acumule en sus puntos más bajos donde será encauzada hasta un colector de agua a cielo abierto; esto proporciona ambientes más frescos y agradables en los patios interiores. Luego, el agua previamente filtrada, se reutilizará para riego y descargas sanitarias.
Se hace especial control de las aberturas según la orientación y se utilizan elementos tales como aleros (orientación Norte) y parasoles verticales (orientación Este / Oeste) para controlar el exceso de radiación y proporcionar espacios frescos de sombras. También su disposición permite la permeabilidad necesaria en invierno para que los rayos solares ingresen, cuando resulte climáticamente favorable.
Los patios urbanos semicubiertos y patios internos cuentan con variada vegetación que proporciona humedad, absorbe dióxido de carbono y retiene el polvo proveniente del alto tránsito de Camino de Cintura. Se erige como ‘barrera’ vegetal.
Todo esto fusiona la identidad propia del entorno y las posibilidades técnicas, consolidando este sector de la Matanza.