Descripción de los arquitectos. Se plantea sectorizar el local en tres partes alargadas y claramente identificables, tanto en sus formas como en sus espacios, funciones y materiales constructivos. La intención de generar varias zonas en un mismo espacio pretende dejar en evidencia un principio claro de organización y de orden.
La zona media será de transición y hará de conexión entre dos extremos importantes: el pasillo del centro comercial y el estacionamiento. Con este sector central se buscará además reconstruir la atmósfera de una “calle” interior peatonal que potencie y otorgue continuidad a los flujos de circulación existentes en el edificio, generar ventilación cruzada e iluminación natural, sacar partido a las visuales, generar los accesos y dos fachadas importantes. Una de las zonas laterales será la de producción –cocina- un volumen de apariencia hermética y compacta con puntos muy específicos de ventilación y una banda alargada de iluminación. La marcada horizontalidad de esta pieza generará una sensación de gran longitud y su ligero quiebre permitirá acentuar una falsa perspectiva que ayudará a la conexión visual y física con el pasillo interno del centro comercial. La tercera zona, también lateral y ubicada en el otro extremo del local, será mucho más íntima y cálida para el visitante, en ella se comprimirá la altura y se colocarán en sus extremos los servicios al cliente (baños y zona de cafetería).
El tratamiento
Cada una de las tres zonas del restaurante está caracterizada por el uso de un tono de color referido a un material. Hemos tratado de no “revestir” o “tapar” solo con acabados de superficie sino más bien construir volúmenes y piezas apoyándonos en el uso de un material constructivo específico para cada caso. Nos interesa que cada elemento se vea como es, es decir, como ha sido construido. Apostamos por una serie de porcelanas en tonos únicos y sólidos con una paleta familiar de tonos en secuencia cromática: blanco, gris y negro. También proponemos materiales contrastantes, tanto por su naturaleza como por sus texturas y tonalidades: madera de Pino Caribe, conglomerado OBS, hierro, vidrio y hormigón a la vista. Así entonces, la zona lateral de la cocina es blanca, la zona central de permanencia corta es gris y la zona de permanencia larga y servicios es una gran caja negra con sus interiores tallados en maderas.
Se proponen mesas y taburetes circulares para la zona más dinámica y mesas colgantes con asientos de rectangulares en la zona de estancia más larga e íntima. Todo esto con madera, hierro y vidrio. El mobiliario en su mayoría ha sido diseñado para el sitio, cada uno de los asientos y butacas han sido ergonómicamente estudiados para ofrecer comodidad y el más sincero y racional uso del material.
El hormigón a la vista se ha empleado en uno de los extremos de la zona central para controlar la escala del acceso del estacionamiento. Allí, se manifiesta en una pequeña barra que controla la entrada a los baños. También aparece en los pedestales de lavamanos de cada baño. En cuanto a los techos interiores, la diversidad de instalaciones que cruzan originalmente el local, bajo su losa superior, nos ha servido de excusa para proponer una superficie central en yeso con tallados modulares y planos inclinados. Hemos diseñado así, unos lucernarios para conducir la “luz artificial”. Dentro de los requerimientos del encargo también estaba la ocupación de los exteriores inmediatos del restaurante con mesas. Aquí se ha buscado una atmósfera mucho más urbana y de libre organización.
Lo construido
En nuestro afán por ser transparentes y “sinceros” con el esquema de organización que nos hemos planteado desde un principio, en ambas fachadas de acceso se vuelven a hacer presentes los materiales y las partes que dan cuerpo a la propuesta de arquitectura. Por otro lado, hemos tratado de proyectar de una manera sencilla y acorde con la realidad nacional, con lo que contamos en el mercado tanto en mano de obra como en materiales.
Para finalizar, nos gustaría que la percepción y el tiempo en esta obra se tornen relevantes cada vez que nos aproximemos, recorramos y descubramos cada uno de los elementos que la componen: formas, colores, texturas e incluso la luz y la ventilación. Sin duda, para nosotros abordar estos caminos de lo tangible y lo intangible en la arquitectura ha sido un ejercicio técnico y una oportunidad para imaginar, proyectar y posteriormente construir el “espíritu” de un nuevo lugar.