El pabellón de México para la 14ª edición de la Bienal de Venecia toma como punto de partida las reflexiones de Octavio Paz quien describe la contraposición entre tradición y modernidad. Haciendo eco del encargo que dicta Rem Koolhaas para los pabellones nacionales que abordan la temática Absorbing Modernity 1914-2014, Octavio Paz establece que ”…la modernidad, desde hace cien años es nuestro estilo. Es el estilo universal. Querer ser moderno parece locura, estamos condenador a ser modernos [...]“
Tomando esta reflexión los arquitectos Julio Gaeta y Luby Springall generan un proyecto curatorial y un diseño de pabellón con base en dos relatos-recorridos: uno tradicional y otro vanguardista. Esto lo realizan a partir de la selección de obras emblemáticas de la modernidad mexicana y como contrapunto la proyección de obras, eventos y entrevistas que condicionan procesos y resultados en la arquitectura.
Revisa las fotografías del pabellón junto con el texto oficial de los curadores a continuación.
Texto de Julio Gaeta: Absorbing Modernity 1914-2014 es la convocatoria que hace Rem Koolhaas para las distintas curadurias de los pabellones nacionales. Es a partir de esta consigna, y desde el concurso nacional para la curaduría convocado por el INBA, que comenzamos en primera instancia a investigar lo realizado y pensando con respecto a la modernidad en México.
En paralelo trabajamos en reunir las obras más emblemáticas que, a nuestro cirterio, materializan la modernidad mexicana. de este modo, los proyectos de la Ciudad Universitaria, el conjunto de Tlatelolco, la Torre Latinoamericana, las pequeñas piezas de O´Gorman, de Félix Candela y de Auguto Álvarez, así como las impecables Torre Satélite, entre muchas otras, nos hablaban de un espíritu positivo, determinado y optimista, que sugerían un creer en una disciplina casi de modo heroico y en prácticas profesionales participativas que integraban distintas generaciones, como ocurrió en la concepción y en los procesos de construcción de los proyectos de Ciudad Universitaria.
En esta relectura de México y de su arquitectura moderna, nos posicionamos desde el principio en una suerte de autodeterminación a favor de la modernidad; en una tradición que cedía y daba paso a una fuerte modernidad casi obligada.
Al revisar las reflexiones y los ensayos de los grandes intelectuales de la modernidad en México, llegamos irremediablemente a la figura de Octavio Paz, quien de modo magistral describe la contraposición entre tradición y modernidad que dese siempre se vive en México, y nos explica en forma contundente esta autodeterminación transformada en “condena”; cuando describe: “…la modernidad, desde hace cien años es nuestro estilo. Es el estilo universal. Querer ser moderno parece locura, estamos condenador a ser modernos [...]“1
Rem Koolhaas agega al respecto: “National identity has seemingly been sacrificed to modernity” Casi veinticinco años antes, Octavio Paz anotaba:
La búsqueda de la modernidad nos llevó a descubrir nuestra antigüedad, el rostro oculto de la nación; inesperada lección histórica: entre tradición y modernidad siempre hay un puente. Aisladas las tradiciones se petrifican y las modernidades se volatizan; en conjunción, una anima a la otra y la otra le responde dándole peso y gravedad.2
A lo largo de todo el siglo xx, en México puede reconocerse una dinámica en la cual tradición y modernidad se alternan y contraponen de forma permanente, dado por resultado una rica producción y un discurso complejo que está presente y caracteriza la arquitectura mexicana de los últimos cien años. Esto ha sucedido siempre en México y, lejos de ser una contraposición negativa, es una realidad que potencia la fuerza cultural de México, haciéndolo un país que crece y se fortalece según estos dos componentes.
Para expresar este concepto rico y complejo, nuestra propuesta curatorial y el diseño del pabellón se define con la frase de Octavio Paz: “Condenados a ser modernos”.
Pabellón Dual
A fin de emular esta realidad, generamos un proyecto curatorial y un diseño de pabellón con base en dos relatos-recorridos: unos tradicional y otro vanguardista; ambos componentes -conceptuales y espaciales- van juntos, se suceden, se combinan y se funden.
El primero de ellos, el tradicional, se conforma con un recorrido perimetral histórico, formado a partir de paneles impresos en los cuales se exhiben obras emblemáticas. Los paneles, sobrepuestos a las viejas paredes del Arsenal, formalizan un recorrido de exhibición netamente tradicional, con base en ocho puertas temáticas, ocho registros, con igual número de posibilidades de análisis, a partir de los cuales se brinda la posibilidad de emprender el ejercicio de una nueva lectura, o de una lectura renovada, de la primera arquitectura moderna mexicana.
El segundo recorrido, el vanguardista, sucede en el centro y se independiza de la ruta histórica perimetral plasmada en los muros. Éste transcurre sobre la piel fina, en una membrana, tal como lo hace la arquitectura moderna, que en su materialidad se ha ido transformando para volverse más liviana, más diáfana y transparente.
En el interior de este espacio de forma elíptica, la arquitectura se vive a una escala mayor, a partir de pantallas, del mundo de pantallas que hoy vivimos. Ésta construye una experiencia sensorial, plasmada en una pantalla de 37 metros lineales por 4 metros de alto donde se proyectan fotos y audiovisuales que muestran obras, eventos y entrevistas combinados con motivos de animación que sugieren los elementos que siempre están detrás y condicionan procesos y resultados de la arquitectura.
Los dos recorridos -perimetral y central-, se suman y se complementan en un formato de aproximación a la modernidad en la arquitectura mexicana.
Nuestra curaduría es una de las muchas posibles. En ella intentamos con determinación y posicionamiento personal generar un proyecto que contenga una dualidad explícita, una contraposición y fusión entre tradición y vanguardia, entre lo local y lo moderno; entre la historia y el presente. Concebimos una exposición que fusione dos distintos modos de exponen y leer la arquitectura moderna mexicana y que en esta fusión se materialice esa dualidad recurrente entre tradición y modernidad que siempre ha identificado y caracterizado toda la historia de la cultura de México.
Nuestra propuesta curatorial sugiere una crítica y plantea una pregunta abierta respecto a la posible continuidad o posible ruptura entre esa modernidad heroica de las décadas de 1950 y 1960 y la praxis de la disciplina en la contemporaneidad; incita también a preguntarnos si aún es vigente aquella postura que logró crear Ciudad Universitaria, tanto en sus procesos de concepción y construcción, como en los resultados; nos mueven a cuestionarnos si los procesos participativos que integraron y combinaron a arquitecto consagrados con otros de mediana experiencia y a jóvenes estudiantes, con resultados destacables en procesos y resultados, pueden compararse con lo que se vive hoy en los proyectos contemporáneos.
Sabemos que la modernidad no es un estado-meta al que se llega al finalizar un recorrido, no lo es. La modernidad, antes que nada, es una actitud, es un posicionamiento de vanguardia, un apetito y una búsqueda insaciables que combaten contra un posible estado de quietismo y autosatisfacción.
El título Condenados a ser modernos sugiere una modernidad para siempre, lo cual no implica una resignación, sino por el contrario un compromiso y una actitud de autocrítica y reinvención permanente en los actores involucrados en los procesos y en los resultados.
Referencias
1 Octavio Paz, “Prólogo”, en Poesía en movimiento: México 1915-1916, México, Siglo XXI, 1988.
2 Octavio Paz, La búsqueda del presente, 1990 Conferencia Novel, Edición bilingüe, Nueva York, A Harvest Original, Harcourt Brace & Company, 1991.
Condenados a ser Modernos / Pabellón de México en la Bienal de Venecia 2014 originalmente publicado en Plataforma Arquitectura el 12 Jun 2014.
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